Ésta es la habitación del hospital donde anda mi padre ingresado. Ahí esta a la derecha viendo unas series en el ordenador para pasar el rato. Le ando acompañando estos días hasta que se recupere, aprovechando para dibujar y leer un poco.
Las noches en el hospital pueden dar para algún buen comic. Las camas de acompañante que se quitan a las 8, los calmantes, tomar la tensión, el control de la glucosa y la temperatura, la señora de la habitación de al lado que pega un grito del susto cuando entra la enfermera a las tantas de la mañana, los cafes capuccino italianos de la máquina, las enfermeras antipáticas y las simpatiquísimas y llenas de paciencia, el urinal de tíos llamado "conejo", el bote para guardar la orina, las vías en los brazos y en el cuello que se van entrelazando y que a veces no gotean bien, las batas que te dejan el culo al aire, la comida de hospital, el precio de la tele (7€), los días que pasan despacio...