Un relato que escuché a un trovador florentino hace años en un viaje por Italia.
El cuento de "Ducaca, la niña hecha de caca".
1. En un reino ya olvidado,
cuyo nombre se llevó el viento,
vivía la princesa Ducaca.
Y así comienza nuestro cuento.
2. Era reverenciada por todos
Su pueblo la adoraba.
Risa y jolgorio en las calles,
cuando por ellas paseaba.
3. Querida por sus vasallos,
la corte y la realeza.
Su padre con los brazos abiertos
la recibía con presteza.
4. Y sus mejores amigas,
las mariposas del jardín.
Con quienes pasaba las horas,
en un juego sin fin.
5. Pero algo vendría a alterar
tanta felicidad y algarabía.
Una presencia amenazadora
sobre el reino caería.
6. Los habitantes recordaron
a la bestia y su leyenda,
que recorría los pueblos
exigiendo una ofrenda.
7. En boca de todo el reino
su nombre resonaba.
Maxtor el temido
un sacrificio esperaba.
8. Como tributo se requería
una princesa de sangre real.
Ducaca se sacrificaría
salvando al reino de su destino fatal.
9. Ducaca esperaba temerosa.
Maxtor la miraba atento.
El mundo se quedó en pausa,
parecía que se paraba el tiempo.
10. En un visto y no visto la engulló,
se la comió. De ella se alimentó.
Se la tragó, la devoró, la deglutó.
Vamos, que se la zampó.
11. Y así dejó Maxtor al reino,
inmerso en una profunda tristeza.
El con la tripa llena
y el reino sin princesa.
12. Hete aquí que Ducaca no fue masticada.
Aun no sabemos el motivo.
Y así acabó dándose una vuelta
por el aparato digestivo.
13. Parecía que había muerto,
pero consiguió vivir.
Y todo lo que entra
tiene que salir.
14. Se había convertido en barro.
Lloró la pobre Ducaca
Pero algo olía raro.
No era barro, era caca.
15. El recibimiento al volver al reino
no fue el que esperaba.
Nadie quiso acercarse a ella.
¡Hay que ver cómo apestaba!
16. A escondidas entró en el castillo
por un pasadizo que conocía.
Iba dejando su marca.
Y es que ¡qué mal olía!
17. Su padre no reconoció
a quien abrazó tantas veces.
Cómo iba a saber que su hija
era ese montón de heces.
18. Las mariposas, antes sus amigas,
de ella no quisieron saber nada.
Que entonces era una princesa,
ahora una defecada.
por culpa de un maldito perro,
tuvo que huir del castillo
y acabar en el destierro.
20. Una de las mariposas quiso ir tras ella.
Era su mejor amiga.
¡Qué haces! ¡Deja que se vaya!
¡No sigas a esa boñiga!
21. Nunca se había sentido tan sola.
Deambulando por el bosque aterrada.
Lloraba echando de menos
su feliz vida pasada.
22. Algo se movió a lo lejos.
Ducaca se acercó temerosa.
Qué sorpresa al encontrarse
a su amiga la mariposa.
23. El bosque pareció iluminarse.
¡Qué alborozo! ¡Qué alegría!
Las penas se llevan mejor
en buena compañía.
24. En el bosque era difícil
encontrar algo de comer.
A Ducaca le sonaban las tripas.
¡Ay! ¡Qué se podía hacer!
25. Ducaca se encontraba débil.
Cada día mas cansada.
La mariposa, viendo a su amiga,
con ansia comida buscaba.
26. Rauda surcaba el cielo,
con lo único que encontró la mariposa.
Una semilla seca y marchita,
que no parecía muy sabrosa.
27. Ducaca comió
el tan preciado alimento.
Y aunque la intención era buena,
no fue suficiente sustento.
sosegada y muy serena.
Qué tristeza, por favor.
Qué dolor, qué dolor, qué pena.
30. Pero hete aquí que germinó
la semilla de Ducaca.
Qué mejor abono podía haber
que la niña hecha de caca.